La vida es movimiento

LA VIDA ES MOVIMIENTO

Publicado el 12 de enero de 2012 en

http://acropolis.org.sv/blogs/?p=181

 

Vivere memento

“Acuérdate de vivir” es la traducción de la frase en latín que compartimos hoy. Una de las características de vivir es el movimiento. Cada día a cada segundo algo se mueve en gran o en pequeña escala, es relativo, pero todo este milagro ocurre dándonos cuenta de ello o no.

La palabra movimiento proviene del griego kinesis. El movimiento, generalmente, en la filosofía se relaciona con que unas cosas (efectos) son producidas por otras (causas). La humanidad tiene la facultad de elegir a voluntad su siguiente movimiento para su bienestar o sufrimiento. Para ilustrar esto de una mejor forma, compartiré contigo, querido lector, una hermosa anécdota budista que he encontrado y narra lo siguiente:

Mientras el Buda predicaba su ley para la conversión del mundo, en Shravasti, un rico que padecía grandes males fue hacia él, y suplicándole le dijo: “Buda que adora el mundo, perdona mi falta de respeto si no te saludo como debiera, porque estoy demasiado incómodo por la obesidad, el exceso, el atontamiento y otros achaques, de tal modo que no puedo moverme sino con dificultad”.

El Tathagata, otro nombre que se le da al Buda, viendo el lujo de que estaba rodeado aquel hombre, le preguntó: “¿Deseas conocer la causa de tus males?”, y cuando el hombre manifestó tal deseo, el Bienaventurado le dijo: “Hay cinco cosas que producen el estado que padeces: las comidas excesivas, el dormir demasiado, el amor al placer, el abandono y la falta de ocupación. Modera tus comidas, proporciónate deberes que ejerciten tu capacidad y que te hagan útil para los demás, y si sigues mis consejos, prolongarás tu vida”.

Siguió el rico los consejos del Buda y poco tiempo después recobró su ligereza corporal y un vigor juvenil; y fue nuevamente hacia Aquel que adora el mundo, a pie y sin escolta, y le dijo: “Maestro, has curado mis males físicos, pero vengo ahora a buscar luz para mi alma”.

Y el Bienaventurado le dijo: “El mundano nutre su cuerpo, pero el sabio nutre su alma. El que goza en la satisfacción de sus apetitos, trabaja para su propia destrucción; pero el que va por el camino encontrará al mismo tiempo que la salvación de su alma, la prolongación de su vida”.

Así es como finaliza esta bella lección. Que las palabras del Buda puedan ser de provecho a nuestra felicidad. Es un buen tiempo para reflexionar a dónde nos han llevado nuestros pasos y tomar la decisión de mejorar aún más, evaluar los efectos de nuestra situación vital actual y reconocer las causas. Que estos nuevos pasos nos guíen a estados agradables y a evitar las sendas que nos conducirán al dolor innecesario. En este sentido, serán el discernimiento, el amor y el movimiento los que nos lleven a la conquista de nosotros mismos, a una vida plena.

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