¿Dónde está la bondad?

LA BONDAD

 

El gran dibujante Quino nos ha regalado durante muchos años brillantes perlas de sabiduría a través de la voz de Mafalda, una niña filósofa que nos ha repetido con certera ingenuidad lo que los adultos vemos pero que a veces parece que no queremos ver.

Los grandes problemas humanos se resumen en sencillas preguntas. Las respuestas tal vez no sean tan simples, pero en cualquier caso las necesitamos para sostenernos en medio de un mundo alborotado que nos hace bambolear como cuando el viento obliga a entrechocar a las barcazas amarradas en el puerto.

¿Dónde está la bondad en este mundo que nos ha tocado vivir?

Al ver los telediarios, no parece que sea una planta muy frecuente, y, sin embargo, todos tenemos la íntima convicción de que podemos ser buenos, de que lo mejor de nosotros mismos está todavía por exteriorizarse.

No basta con que protestemos diciendo que es la sociedad injusta la que nos convierte en malos, o los sinsabores de la vida los que nos obligan a afilar nuestras peores armas. En el fondo de nosotros siempre nos soñamos con una versión mejor para nuestra puesta en escena en el escenario de la vida.

El estoico Epicteto se planteaba: ¿es infeliz el caballo por no poder cantar? En modo alguno. Lo sería, en todo caso, por no poder correr libremente. ¿Será desgraciado el hombre por no poder despedazar leones? De ninguna manera; en cambio, sí lo será si pierde la bondad y cuantas excelencias imprimieron en su alma los dioses.

No debía de andar muy descaminado en su apreciación, viendo los efectos de la desorientación moral que a veces invade nuestras sociedades, pues todos aspiramos a esa tranquilidad interior que solo aparece cuando actuamos correctamente, aunque a veces lo que falla es tener claro qué es lo correcto.

Y lo correcto es lo que nunca pasa de moda, lo eterno, lo válido siempre a través de los tiempos, lo humano, lo que nos dignifica a nosotros como personas y a los demás como acompañantes en nuestro viaje por la vida. Antiguamente se hablaba de virtudes, hoy hablamos de valores. Pero es lo mismo: se trata de extraer de nosotros la parte mejor y que sea ella la que nos guíe en la vida.

Otro filósofo más cercano en el tiempo, Jorge Á. Livraga, decía que pretender construir una pared de dura piedra apilando ladrillos de barro es una magia irrealizable. Así que no solamente deberíamos mejorarnos a nosotros, sino apoyar a los seres humanos buenos (que los hay) para que encabecen las propuestas que necesita la sociedad para ser mejor en conjunto.

¿Quieres embellecer tu ciudad natal con una dádiva rara y verdaderamente estimable? Date a ella tú mismo después de haberte convertido en un modelo perfecto de bondad, de generosidad y de justicia (Epicteto).

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