Más allá de lo material

 

No se puede pretender conocer al hombre disecando sus músculos, sus nervios, sus venas y sus arterias; no se puede interpretar la belleza, la fuerza, el símbolo, la perdurabilidad y la verticalidad de un árbol simplemente contando las hojas de su copa. Ese fue el gran error (Jorge Ángel Livraga).

El mismo árbol

 

«La hoja del árbol no puede conocer a otra hoja vecina, pero si le fuera dable el identificarse con la savia que la fecunda, muy pronto advertiría que dicha savia es la misma que anima también a aquella otra hoja, su compañera, y habría así descubierto a su árbol mismo» (Mario Roso de Luna).