Sé que me meto en un buen lío escribiendo un blog de filosofía acerca de una palabra que está en la actualidad política. Un sector político acusa al otro de fomentar la confrontación entre los españoles y los otros acusan de mantener un clima prebélico, refiriéndose a la Guerra Civil (o confrontación armada) del siglo pasado. Fuera de España la situación no es distinta, y el mundo está lleno de confrontaciones, bien sea por los distintos terrorismos o por los que intentan protegernos de ellos. Así, los líderes políticos son recibidos constantemente con un enorme clima de confrontación donde quiera que lo visiten, y peor es si realizan una reunión de un grupo de dirigentes, ya sea de la OTAN, del Banco Mundial o de cualquier unión de países, porque, aunque debería ser plausible que los dirigentes mundiales se reúnan para lograr una política común, siempre hay gente disconforme y que aprovecha para confrontarse con todo y contra todo.
¿Pero de dónde viene la palabra confrontación? Usaré referencias serias, porque para la Wikipedia confrontación es un disco de música y para el Google es un blog. No, por favor, dejémonos de tonterías porque así lo único que logramos es conseguir la ignorancia, que era para Platón la definición de maldad. Confrontar tiene básicamente dos significados para el Diccionario. Por una parte, cotejar una cosa con otra, y por otra, carear una persona con otra.
Para mí, desde el punto de vista filosófico y utilizando los métodos socráticos, ambas acepciones son similares. Filosóficamente la confrontación nos debe ayudar a sopesar una opinión con otra, un aspecto con otro diverso o contrario, con el objeto de lograr mejorar nuestro conocimiento. En el caso de las personas se trata de un careo, en el que se «pone a una o varias personas en presencia de otra u otras, con objeto de apurar la verdad de dichos o hechos». En el caso de las cosas o de las ideas, es exactamente lo mismo, y a lo que Sócrates llamaba mayéutica.
¡Qué lejos estamos de un mundo gobernado por filósofos, en el que la confrontación se utilizara para avanzar en el descubrimiento de la verdad! Ahora, la confrontación se utiliza para el enfrentamiento, en la acepción, no de poner frente a frente, sino de «hacer frente al enemigo».
Confrontemos nuestras ideas, pero unámonos para conseguir alcanzar lo mejor para todos