Para qué y hacia dónde

 

El «para qué» nos da una finalidad, y el «hacia dónde» nos indica los pasos a recorrer y el sentido en que habrá que recorrerlos para que nos conduzcan hacia la meta propuesta. Sin dirección, nuestros actos corren el riesgo de diluirse en cualquier hueco del espacio y del tiempo, acrecentando la angustia al comprobar que no podemos conseguir objetivos concretos (DSG Qué hacemos con el corazón y con la mente).

Más allá de lo material

 

No se puede pretender conocer al hombre disecando sus músculos, sus nervios, sus venas y sus arterias; no se puede interpretar la belleza, la fuerza, el símbolo, la perdurabilidad y la verticalidad de un árbol simplemente contando las hojas de su copa. Ese fue el gran error (Jorge Ángel Livraga).