Dolor

El dolor es seguramente una de las compañías más constantes en la vida de todo hombre, desde el momento en que abre sus pulmones por vez primera, con su primer llanto, hasta los últimos momentos de la agonía, que le devuelve otra vez al mismo lugar. De un útero pequeño al gran útero.

Nos duele la cabeza, nos duelen los riñones, las piernas, nos duele el corazón, nos duelen las ofensas, los menosprecios, las envidias, los amores y los odios, las penas y… hasta las alegrías.

Debe de ser muy importante el dolor en la vida del hombre…

Buda cimentó su doctrina de liberación sobre la base de la superación de la esclavitud a la que nos somete el dolor. El dolor, el apego, el deseo, la pérdida por fin de la conciencia real.

Y su titánica lucha por el logro de la conciencia le lleva a la superación del dolor. Y su alma se abre al infinito, al absoluto, a Dios.

Escuché una conferencia sobre música. Y el conferenciante comentó un concierto para piano de Beethoven, relacionándolo con el mito de Orfeo y su viaje a los Infiernos. Beethoven fue el que me abrió la puerta al infinito universo de la música, al jardín donde florecen las especies más hermosas y más necesarias al hombre para el logro de la pureza y la bondad.

En su música está su grandioso mundo interior. Están los Héroes, la Danza, el Destino, la Naturaleza, el Amor, la Armonía y la Alegría.

Y su vida solitaria, atravesando el desierto del mundo, habitando en sus luminosas estrellas, puras pero frías, su pasión por la belleza, por la pureza, por lo divino.

Su música vivía en su alma, que habitaba en un cuerpo insonoro y silencioso. Y se despidió de nosotros con el más puro canto a la alegría divina, a la dicha, poniendo armonía a los hermosos versos que nos hablan del Padre Amoroso, de la alegría, regalo de los dioses, de su mundo más allá de las estrellas.

El dolor, al decir del Buda, es vehículo de conciencia. Pero… ¿sabemos qué es la conciencia? ¿Para qué sirve? ¿Es buena, mala, o regular? ¿Por qué queremos tener conciencia? ¿Conciencia de qué?

Estas no son preguntas ociosas. La conciencia es luz, y a la luz se ven las cosas. Hay muchas, muchas cosas que no querríamos ver, y otras muchas, muchas, de las que solo sospechamos su existencia, y que sí querríamos ver y conocer.

Me pregunto sobre el dolor. ¿Hace mejores a las personas, o por el contrario las hace peores? ¿Es necesario el dolor en nuestro camino hacia nuestro Yo interior? ¿Se puede ser Hombre sin sufrimiento? ¿Por qué rechazamos y evadimos el dolor, en lugar de transmutarlo?

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