Un bello cuento que, de la pluma del filósofo Jorge Ángel Livraga, nos lleva a apreciar la adversidad y la dificultad como una verdadera oportunidad de crecimiento humano. La dificultad, si se asume sin victimismo ni sentimiento de derrota, puede despertar en nosotros valores internos insospechados de generosidad, inteligencia, heroísmo y amor.