Nunca he tenido claro, nunca entiendo,
quién es realmente el loco, y quién el cuerdo.
Aquí bajo mi manta escribo versos,
me cobijo del sueño de los vivos,
uno que pide valor por los codos,
uno que pienso pero poco más.
Y es que en el fondo, aunque loca, soy cuerda,
y es que soy perezosa y embustera,
con mi corazón que habla bien clarito,
pero al que yo no escucho suficiente.
Nunca he tenido claro, nunca entiendo,
quién es realmente el loco, y quién el cuerdo.
Veo gente golpeada por airosa,
escucho historias ciertas aunque injustas,
abusones que abuchean al valiente,
al sabio, al creativo, al reluciente.
Hablo con amigos alma con alma,
gente a quien les llueve sobre mojado,
guerreros desterrados, olvidados,
ignorados por sentir lo suficiente.
Y me quiebro por dentro y me da rabia,
me quema ya la ofensa contenida,
soy loca pero veo lo que ocurre,
soy cuerda pero siento que ya toca.
Que me toca gritar, enfurecida,
que me retumba el alma disconforme,
que aunque soy brava y nunca suficiente,
no me gusta lo que hacen a la gente.
Sócrates rebatió a todo el Senado,
siendo a pesar de ello condenado.
Sin embargo, qué ejemplo tan preclaro,
qué muestra de no estar equivocado.
Por eso estoy aquí, hermano mío,
por defenderte ante cualquier tribuna.
Mas una vez pasado el trago amargo,
aprende esta lección para los restos.
Y si toca el exilio incomprensivo,
has de tomarlo, pues es tu camino.
Un camino repleto de adyacentes,
que es para bien si ese es tu destino.
Y es que el sufrir te da lo suficiente,
llega un momento en que por fin comprendes,
que un paso tras otro hacen el camino,
ni prendas, ni monedas, ni contratos.
Qué peso te quitas de las espaldas,
cuando te importa un bledo que te ignoren,
cuando tienes bien claro lo que vale,
quién eres, dónde vas y lo que sientes.
Segundo tras segundo vas de frente,
sabiendo que no hay más que ese momento,
completo desapego de tu piel,
pues era ella quien te daba el ego.
Dignidad, comprensión y gran templanza,
para vivir lo que quiera venir.
Sabiduría ganada en la batalla,
descanso porque este no es el fin.
Sigue adelante cuerdo, sigue siendo,
nadie puede evitar tu alma inmortal.
Tu espada es solo tuya, tenla firme,
que no te engañe más mirar atrás.
Aquí bajo mi manta escribo versos,
me cobijo del sueño de los vivos,
y aunque a veces parezca que dormite,
en realidad estoy; estoy contigo.
Mas sólo si la ocasión lo merece,
si el mundo pone al bueno por montera,
entonces salgo del sueño admitido,
y saco digna la locura entera.
Yo nunca tuve claro, nunca entiendo,
quién es realmente el loco, y quién el cuerdo.
los poemas son versos que al escribirlos escribimos historias marcadas en papel que con tinta y goma mas de un borrador creamos al compás de una dulce melodía de amor, me encantan los poemas por que quien los escribe, es por que lo siente, gracias por cada uno de ellos