No hay más remedio que escribir sobre los acontecimientos ocurridos esta semana en los que un estudiante finlandés mató a tiros a varios compañeros de instituto, a su profesor y luego se suicidó (tengo un amigo que dice que todos estos chalados deberían empezar al revés, por uno mismo, y si después les quedan ganas, continuar con los demás).
En fin, bromas aparte, ¿en cuántos tópicos pensáis que voy a caer para escribir este blog? Pongo unos cuantos y luego sigo: “sociedad enferma”, “permisividad de tenencia de armas”, “países escandinavos ricos pero profundamente infelices”, “endémica admiración por el nazismo y la violencia en general”, “incapacidad policial de intervención ante estas muertes anunciadas”, “uso de Internet para apoyar a estos violentos solitarios”, etc.
Tópicos aparte, me ha llamado la atención que al buscar en Google los términos “estudiante finlandés” las treinta primeras páginas recomendadas por el buscador están relacionadas con este reciente crimen u otro similar ocurrido en noviembre de 2007. ¡Qué triste! No me gustaría ser estudiante finlandés y que en el mundo nos conocieran por estas dos personas enfermas. Pero ¿es más triste ser estudiante español? Si leemos la página 31 en el buscador de Google, nos sorprenderá el título «Fracaso escolar en España: Finlandia, el modelo a imitar», y dentro de la página un párrafo como este: “Una ampliación de ese estudio nos muestra algunas de las características del modelo educativo finlandés, el mejor ejemplo a imitar por España si quiere salir de la crisis educativa por la que atraviesa y que se refleja en el fracaso escolar de los últimos años”.
Al final entendemos el porqué de este artículo: es del año 2004 y posiblemente en ese año al buscar en Google “estudiante finlandés” solo aparecerían menciones a Linus Torvalds, el estudiante que con 18 años creó el sistema operativo informático Linux y nombrado por la revista Time como uno de los héroes de nuestro tiempo.
¿Con qué nos quedamos? Personalmente con una educación en valores, una educación que más allá de tratar de crear genios o personas con inteligencia destacada, esté interesada en crear hombres y mujeres buenos. ¿Os parece suficiente?