¿No lo notáis?, ¿no lo veis?, incluso aquellos a los que la nieve les topa el sombrero, ¿no lo sentís?
El sol no brilla en el cielo sino en todo lo demás, lucen los rostros, lucen los charcos que hoy son azules, las nubes trasladan los sueños de un mundo a otro. Los edifícios no son límite hoy, son camino. Las personas no piensan en lo mismo, toman decisiones, cumplen deseos.
Tus amigos son amigos de sí mismos, tus padres son padres de sí mismos, tus hermanos son tus amigos, tus amigos son tus hermanos, tu mirada es penetrable, todos dejan que pasemos a su hogar más íntimo; sin temor.
«Te amo» es el saludo de todos los pueblos, un saludo universal que todos conocen; «sigo aquí», la despedida de cada persona que se aleja, sólo por circunstancias. ¿Acaso puede alguien dejar de estar cerca de lo suyo?
No es el mundo de Alicia, no es Fantasía, ni siquiera es utopía. Es una posibilidad como cualquier otra, un cara factible de la vida. Y solo depende de que nuestra capacidad de creer (en nosotros y en todo lo que ES) venza a nuestro miedo.
Dos valores invisibles y siempre presentes en cualquier ser que sea humano.