Escrito por Teresa Cubas Lara
PARA CRUZAR EL TORRENTE
Cuando tengas que cruzar
lo inquietante de un torrente,
mira siempre alrededor.
Aunque aún no lo sospeches,
a tu lado hay una mano
que te calma y te sostiene.
¿Viste el miedo de los otros?
¿Viste en sus ojos angustia?
Pues acércate despacio
para darles un abrazo,
corazón con corazón.
Lo mejor es el silencio,
no precisas de palabras
para llegar sin reparos
a sus almas doloridas.
Cuando sonríes al otro,
tejes cuerdas en tu orilla.
Y el torrente empequeñece
porque engrandece la Vida…