Ahora tengo una nueva perspectiva y me siento mejor persona…
Mi gran afición a leer entrevistas me ha llevado a este tema: “el efecto que las dificultades producen en las personas”. Siempre me ha sorprendido, aunque es algo muy corriente, el hecho de que todas las personas que han pasado por grandes dificultades dicen que tienen una nueva perspectiva de las cosas: se sienten mejor, más dispuestas a ayudar, a entender, a compartir, y en las entrevistas afirman cosas como:
–Desde que tuve el cáncer, mi amor por la familia ha mejorado, ahora aprovecho el tiempo para estar con ellos y disfrutar de la compañía de mis hijos y marido.
–Desde el accidente, en el que mi vida estuvo cerca del fin, me levanto por las mañanas con ganas de ser generoso, de vivir los pequeños detalles a los que antes no daba importancia.
–Mi hijo estuvo a punto de morir y, desde entonces, me siento más cerca de todas las personas que están en esa situación, me he hecho socio de un grupo de ayuda a…
–La cárcel ha supuesto una dura experiencia, ahora aprecio más que nada la libertad, pasear por el campo, tomar café, leer el periódico, siento que mi vida se ha hecho más intensa.
–Perdí el empleo, me di a la bebida y terminé en la calle. Muchas personas me ayudaron y, gracias a ellos, hoy estoy otra vez en pie, trabajo y vuelvo a tener un hogar. Desde entonces, siento que yo también puedo hacer algo por los demás.
Podría poner muchos ejemplos más, pero todos son parecidos. La reflexión a la que llego siempre que leo alguna de estas entrevistas es la que quiero compartir con todos los lectores de este blog. Creo que esto nos enseña que podemos aprender de nuestro entorno y enfrentarnos a las dificultades. No esperar que la vida nos zarandee con alguna desgracia. Podemos, y deberíamos, intentar ser mejores porque sí, sin esperar nada y sin pedir nada.