Pongámonos en situación.
El nacimiento del primer bebé-probeta ocurrió en 1978. Antes de esto, hablar de fecundación in vitro o transferencia de embriones era cosa de ciencia ficción (ni siquiera se habían inventado estas denominaciones tan chulas). Y decir que una oveja podría ser clonada ya era hablar de otro planeta.
Dolly, la primera representante de la clase borreguil que fue concebida en un laboratorio y vivió para contarlo (más o menos), demostró que la ciencia ficción era solo una ciencia a la que le faltaba un poco de tiempo para estar entre nosotros. Hoy charlamos sobre organismos genéticamente modificados con la misma naturalidad con la que nuestros abuelos comentaban lo duro que había sido el invierno.
Ahora viene la historia de terror. Continue reading


















