La filosofía nos ha enseñado a descubrir en el ser humano una serie de cualidades latentes, de valores atemporales más allá del tiempo, de las culturas, de las razas. Son valores que, de desarrollarse armónicamente, suponen la realización plena del ser humano.
La paz ha de nacer primero, no de un pacto entre los hombres, sino de un pacto íntimo y personal que se exprese en rectitud, generosidad, sabiduría y amor.
Decía el profesor Livraga que “la filosofía es una música que se hace con el alma, no un simple acopio de conocimientos y datos, sino una construcción armónica que relaciona las cosas y les da sentido, elevándolas a las regiones donde las cosas tienen sentido y la esencia invisible nos llena el corazón”.
Todos llevamos un filósofo en nuestro interior y puede ser nuestro mejor amigo.
Un bello cuento que, de la pluma del filósofo Jorge Ángel Livraga, nos lleva a apreciar la adversidad y la dificultad como una verdadera oportunidad de crecimiento humano. La dificultad, si se asume sin victimismo ni sentimiento de derrota, puede despertar en nosotros valores internos insospechados de generosidad, inteligencia, heroísmo y amor.
Ser filósofo es…
aprender a leer en la Naturaleza, en los hombres y en la historia, haciéndola amiga y consejera. Es amar la verdad más allá del lugar de donde venga.
Los grandes cambios se han producido siempre a partir de un Gran Transformador que se transformó a sí mismo.
(DSG)
A veces es más fácil ser bueno que ser justo. Sin el sentido de la justicia, la verdadera bondad, la justicia espiritual, aquello que le puede dar a cada cual lo que le corresponde en un sentido de bondad e inegoísmo, es lo más difícil de alcanzar.
(Jorge Ángel Livraga)
En el Día Mundial por la Paz, pensamientos…
Desea hacer el bien, pero no desees hacer ruido, porque el ruido no hace el bien, y el bien no hace ruido.
(Louis-Claude de Saint-Martin)
El amor a la verdad no es sino un impulso del alma que despierta y que comienza a intuir el sentido profundo y bello de la vida.