Los filósofos: estos son los únicos que viven, pues no solamente aprovechan bien el tiempo de su existencia, sino que a la suya añaden todas las otras edades; toda la serie de años que ante ellos se desplegó es por ellos adquirida (Séneca).
Qué razón tenía Séneca.
Aunque no hace falta ningún diploma especial para ser filósofo, Séneca nos recuerda que hay algunos especiales, que lo son conscientemente, y que podemos argumentar con Sócrates sobre las cosas de la vida o pedir consejo a los estoicos cuando las circunstancias nos hacen preguntarnos qué diferencia hay entre obrar bien y obrar mal.
Dice Séneca que los que se consagran a los auténticos deberes de la vida son aquellos que se esfuerzan cotidianamente en tener una estrecha familiaridad con Zenón, con Pitágoras y con los que él denomina “los restantes caudillos de las buenas doctrinas”.