Esto de la «filosofía cotidiana» tiene mucho que ver con el sentido práctico de la vida, con la generosidad, con la buena voluntad y también con la acción. Esa acción que leíamos en el inicio del Bhagavad Gita, que siempre es preferible a la inacción, a pesar de las dudas que le asaltan a Arjuna. Porque es preferible hacer algo, aun a riesgo de equivocarse, que no hacer nada.
Hablábamos también de generosidad, y un filósofo es siempre generoso, porque como leíamos en el mito de la caverna de Platón, dentro del libro de La República, el verdadero filósofo es el que una vez que conoce que existe luz más allá de la caverna, vuelve de nuevo a la oscuridad de la caverna por generosidad, por amor a sus semejantes, que no conocen que pueden liberarse de las cadenas y de las sombras.
Podemos seguir ofreciendo ejemplos prácticos de lo que es un filósofo en la vida cotidiana, pues la filosofía práctica no es solo leer, memorizar libros de filosofía, sino poner las enseñanzas en la práctica.
Hoy están llegando algunos de estos filósofos a Indonesia en ayuda humanitaria, con la coordinación del Grupo GEA de Ecología Activa. Los que no hemos podido ir, hemos contribuido con alguna cantidad de dinero para ayudar a que la vida continúe en este lejano país.
Si tú también te animas, puedes ingresar tu aportación en la siguiente cuenta de La Caixa: 2100-2388-52-0200054208