No un mundo distinto por el que ya se supone luchan muchos pequeños contra unos pocos manipuladores gigantes y poderosos, sino una vida propia que nos identifique, la de cada uno de nosotros; una vida distinta.
Solo puedo aportar a esa pregunta de un buen amigo, que yo era distinta. Y sin duda, mucho tiempo pensé que la vida es quien me gobierna y no yo a ella, pero hoy tengo bien comprobado que sí se puede elegir una vida o, al menos, una forma de vivirla, una forma de mirar, de andar por nuestras situaciones, de aprender de todo, hasta de nosotros mismos.
Posiblemente este sea el gran tema del filósofo, del cotidiano y del gran pensador. ¿Qué sentido tendría saber todas las verdades si no pudiésemos aplicarlo a nuestro modo de vivir? Cada respuesta que encontramos nos modifica irremediablemente, ya sea esta «que todo está determinado» (puede que gastásemos cada segundo con desenfreno o nos volviésemos depresivos) como «que todos somos una sola cosa» (igual nos volvíamos más solidarios).
Ya que todo conocimiento nos afecta, la clave puede estar en saberlo. Para ser dueños de nuestra vida conozcamos primero cómo somos, qué nos mueve, qué queremos, qué soñamos, qué nos compone. Seamos además conscientes de que tenemos inteligencia para manejar no solo nuestro entorno, sino también nuestro interior. Finalmente, vayamos hacia nosotros mismos, despacio pero certeros. Y si no sabemos dónde esta ese «nosotros mismos» aún, habrá que parar un rato porque todo ser sabe lo que quiere; otra cosa es que esté acostumbrado a no escucharse o que se haya respondido demasiadas veces «no es posible».
Igual soy muy utópica, pero hoy sigo pensando que todo es posible, más aún si hablamos del desarrollo de la persona. Se trata de una cuestión de fe (creer en lo que no ves).
«Para volar, hay que crear el espacio de aire libre necesario para que las alas se desplieguen… Para volar hay que empezar corriendo riesgos».
Del cuento «las alas son para volar».
Jorge Bucay.
“La utopía es considerada como poco probable porque somos pocos aún los que creemos en ella”
Adelante, síganse sumando que la masa crítica genera realidad.