Será debido a una formación científica y cierta inclinación materialista por lo que nunca me convencieron los métodos adivinatorios tan penosamente populares. Quizá sea culpa de nuestro sistema educativo, que no enseña “a pensar”, o a que se prefieren las “recetas fáciles” y repetir lo que todos han hecho antes, para no ser los únicos en equivocarnos. Todo periódico tiene una columna diaria de astrología que nos dice qué va a ser de nuestro futuro, pero apenas unos pocos tienen siquiera una columna semanal de astronomía que nos enseñe a entender lo que ocurre en los cielos.
Tampoco estoy con los neoescépticos que en ocasiones me parecen más dogmáticos y extremistas que aquellos a los que critican. Tengo una mente abierta y creo que todo en el universo está relacionado. Por lo tanto, me parece factible que se pueda detectar una relación entre el carácter de una persona y su grafía al escribir o la forma de su cara. Incluso, estadísticamente podría establecerse que los nacidos en un momento del año son de una cierta manera. No porque los astros influyan en las personas, sino porque todo el universo está interconectado.
Esta misma idea está detrás de un nuevo “gadget” tecnológico en el que investiga la empresa Apple, que destacó con los lanzamientos de iPod e iPhone y que recientemente ha anunciado el iPad. Este nuevo aparato será conocido como iPredict, y será mostrado a principios del 2011, combinando en un mismo elemento el análisis de la música escuchada en el iPhone, los libros leídos con el iPad o los contactos que tenemos en el iPhone para que con unos complejos algoritmos nos muestre qué nos va a pasar en el plazo de un día o de una semana.
Me ha parecido una excelente idea, porque estoy convencido de que de mí se podrían saber muchos detalles si alguien analizara qué música tengo guardada en mi iPod, cuántas veces y en qué momentos la escucho, cuándo repito una canción o cuándo no dejo que llegue al final. Y claro, sabiendo cómo soy y cómo me encuentro ahora, es posible saber qué me va a pasar mañana que de mí dependa, o qué planes y proyectos tengo ahora. Mi iPredict averiguará fácilmente cuándo estoy enamorado y cuándo he discutido con mi pareja. Sabrá cómo me va económicamente o si en el trabajo tengo estrés. Detectará si estoy enfermo o si reboso alegría. Y todo de una manera mucho más fidedigna, personalizada e instantánea que el típico horóscopo que aparece en los periódicos.
Y si además de utilizar la música, también añade los libros (“e-books”) que leo, qué es lo que subrayo o qué citas me hacen ir de un libro a otro, el iPredict tendrá más elementos para conocerme. Apple no ha aportado detalles acerca de la integración con el iPhone, aunque se rumorea que quizás no utilizará los contactos de la agenda o las llamadas realizadas para no vulnerar la privacidad, pero sí la personalización de nuestro iPhone, los juegos que tenemos cargados, etc.
¿Por qué traigo esta noticia a un blog de tipo filosófico? Lo que quizá no hayan pensado en Apple es que el iPredict nos puede ayudar también a conocernos mejor, o al menos a saber cómo nos ven los demás. Y esto siempre es positivo para cualquiera que quiera responder al menos a dos de las eternas preguntas: ¿quién soy?, analizando mi estado emocional y mental, y ¿a dónde voy?, a través de un complejo algoritmo de inteligencia artificial que usa la información anterior.
Mientras aparece este nuevo aparato, trataré de seguir conociéndome cada día un poco más.