Tiempo de elecciones

Estamos en tiempo de votaciones y me viene a la memoria algo que me llamó la atención al ver el documental “Fábrica de famosos”, de Chris Atkins. Está relacionado con nuestro sistema político y, visto con los ojos de un antiguo griego –ya que a Grecia se le considera la cuna de la democracia–, resultaría peculiar; y es que, en nuestra concepción moderna, cualquiera puede regir los destinos económicos, sociales y culturales de un país. Literalmente.

No hace tanto, vimos en las pantallas de televisión cómo se proponía la posibilidad de que una “princesa del pueblo” se presentara a las elecciones, y fuimos testigos de un espectáculo-sondeo para ver qué respaldo popular tendría. La protagonista en concreto no era economista, socióloga o ingeniera, sino que, más bien, tenía la formación mínima que se exige obligatoriamente a cualquier ciudadano.

Lo que me resulta curioso es que, efectivamente, en muchos sistemas democráticos occidentales se puede dar el caso de que cualquiera conduzca y represente los destinos de millones de personas, independientemente de que sepa o no conducir el suyo propio.

Esto ya ocurrió en Lituania en 2008. Aparte de la valoración moral o personal que se haga de los personajes en cuestión, es de general aceptación que se trata de productos mediáticos, que es la forma de catalogar a aquellos personajes prefabricados que se meten en el salón de estar de nuestras casas a todas horas insistentemente (salvo que apaguemos el televisor, que es una medida muy saludable, aunque difícil para los teleadictos), sin otro mérito que contar sus “cosas” sin ninguna vergüenza, ni recato, ni pudor, ni medida, ni elegancia, ni…

A lo que iba. Que en Lituania ya pasó esto. Como si de un mito de la caverna a la manera de Platón se tratara, allí se congregaron algunos de los más populares personajes de la televisión para formar un partido propio, y jugaron a distribuirse cargos y funciones para ver quién sacaba mejor provecho del invento. Con ello, consiguieron varios escaños de diputados y algunos cargos importantes. Mientras fueron artistas o participantes de reality shows se les criticó o se les admiró por su desparpajo ante las cámaras. Llegados a la función pública, su apariencia se transformó en la de respetables ciudadanos con ropas caras y choferes a su servicio. Pero, la transformación de la apariencia, ¿les capacitó para desempeñar sus nuevas funciones?

Los propios protagonistas nos dan pistas. El presidente del Parlamento lituano dice divertido: “Cuando era presentador de televisión, aparecía dos veces por semana en un solo canal de televisión. Ahora salgo en televisión cinco veces al día todos los días y en todos los canales”. El presidente de la Comisión de Energía Nuclear de Lituania trabajó dieciocho años en televisión y cuenta: “Introduzca mi nombre en youtube y verá que soy más popular que Madonna en este país”. El presidente del Parlamento lituano agrega: “Si no puedes ser el mejor, sé el peor, pero no seas mediocre. Dicen que yo era el mejor presentador de televisión de Lituania. Ahora dicen que soy el peor político”.

Así que me pregunto lo que se preguntaba Platón: ¿confiarías tu salud a un mecánico en lugar de un médico?

Ah… los amos de la caverna deben de estar divirtiéndose.

One thought on “Tiempo de elecciones

  1. Y asi estamos, un grupo de payasos divirtiendose en el poder y millones muriendo de hambre. Otra cosa la política dejó de ser el medio por el cual el pueblo resolvia sus problemas para ser la lucha de unos ladrones que están en el poder. Ningún gobierno piensa en el país solo en los 5 años que estén en el poder luego otro se las arreglara, asi es como vienen empresas multinacionales a mi querido país con la promesa de trabajo y los mediocres gobiernos se aprovechan de la falta de conocimiento de la poblacion y asi explotan a miles, contaminan todo, se llevan los recursos naturales y cuando cierran dejan miles de desempleados pero ese gobierno bajó el indice de desempleo. Lamentable Uruguay donde la politica es un acomodo para algunos y de verdad no se toma ninguna medida pensando en el pueblo. El subdesarrollo está en la cabeza.

    Muy interesante tu blog saludos.

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