Invisibles

INVISIBLES

Publicado el 2 de septiembre de 2014 en

http://acropolis.org.bo/invisibles/

Escrito por Perséfone

Caminando por una ciudad cualquiera, en medio de pitos de autos, música estridente, conversaciones aquí y allá. Los conductores pisan cada vez más el acelerador; no quieren detenerse aunque el semáforo esté en rojo. Quienes van por la acera no caminan, corren, esquivan aprisa obstáculos, personas, tiendas, vendedores; ya no hay tiempo. Todos corren, quieren llegar rápido. ¿Adónde? No sé.

Cae la tarde en la plaza, el sol comienza a bañar lentamente de color naranja cada una de las torres de la iglesia. Allí te escucho con un fuerte chillido, tan característico de ti. Ese fuerte sonido que solo las rapaces como tú saben hacer, ese que hace volar a todas las palomas del lugar. Miro hacia donde salió el sonido, te veo imponente, aferrada con tus garras cerca del campanario de la iglesia. Tu hermosa silueta es bañada por el sol de la tarde.

Sonrío para mí; bajo la mirada y busco a mi alrededor esperando miles de rostros hacia ti, pero nadie te mira, nadie te oye. Todos tienen prisa, todos corren. Te volviste invisible, como el hermoso atardecer que hoy contemplo. Te volviste invisible sin necesidad de una capa mágica ni gran tecnología. Te volviste invisible como muchas cosas, personas e instantes. Te volviste invisible como muchas virtudes, enseñanzas y vivencias.

Cada vez más, la vida a nuestro alrededor se vuelve invisible cuando dejamos de estar atentos, cuando olvidamos escuchar, cuando la rutina nos alcanza, cuando cerramos nuestro corazón, cuando dejamos de soñar, cuando olvidamos –por la prisa– vivir cada día.

2 thoughts on “Invisibles

  1. Todos tenemos prisa por ir a un lugar del cual no nos moveremos por horas, hay ocasiones que tenemos prisa por llegar a donde no queremos, en otros casos tenemos prisa inclusive cuando no sabemos a dónde nos dirigimos y desafortunadamente tenemos tanta prisa que no sabemos dónde nos encontramos ahora.

  2. De la misma manera en que se vuelve invisible nuestro ser interno cuando nos dejamos llevar por nuestros propios ruidos, fantasías e ilusiones.

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