En el día en que se recuerda el papel de la mujer trabajadora, recordemos también que la filosofía no hace distinciones entre hombres y mujeres en cuanto a sus aptitudes para enfrentar la vida. Hay enormes ejemplos de ello en la historia. Algunos hombres que dejaron huella se atrevieron a defender la importancia de la mujer aunque su tiempo o su sociedad no lo hiciera.
Sin revanchismos ni discriminaciones, celebremos que somos humanos en un mismo barco, navegando por el misterioso mar de la vida, que necesita capitanes y timoneles, marineros y vigías para llevar a buen puerto nuestra nave. Tod@s somos necesarios. Tod@s podemos realizar un buen trabajo.