La mujer de la imagen tiene 32 años. Emigra con sus tres hijas huyendo de un mundo que no les permite la subsistencia.
La foto fue tomada por Dorothea Lang en 1930 en Estados Unidos.
La historia se repite. Hemos comenzado este siglo XXI con más de 50 millones de desplazados de sus hogares por la violencia, el hambre y la guerra.
Las series de televisión que nos muestran viajes a través del tiempo ejemplifican cómo una variación mínima en el comportamiento de uno de los personajes desencadena una serie de acontecimientos que posibilita que muchos años después la historia haya cambiado bastante con respecto a lo que se supone que tenía que haber sido.
¿Y si resolvemos ser el personaje que un día decide hacer un gesto por entender la condición humana, por comprender las leyes de la naturaleza, por mejorar un poco nuestro entorno? Aunque sea pequeño. Aunque parezca que no servirá para nada.
Por cierto, Florence (la de la foto) sacó adelante a su familia y murió a los 80 años con unas condiciones de existencia dignas.
Totalmente de acuerdo. ¡Me apunto a ser ese personaje del que hablas! Por pequeño que sea lo que hagamos, en algún momento ha de florecer.