Todo lo que sucede, ¿conviene?

Escrito por LILIA GARCIA CHIAVASSA

 

Estaba hace unos días conversando con una vecina que me contaba sus aventuras y desventuras de los últimos meses y me repetía una y otra vez: todo lo que sucede, conviene. Lo decía intentando justificar y aceptar ciertas circunstancias adversas que le habían hecho padecer algunas penurias. Luego de alentarla con cariño a superar las adversidades y despedirme de ella, la frase quedó repiqueteando en mi mente como un mantra insidioso.
¿Es realmente así? Todo lo que sucede, ¿conviene? No puedo dejar de pensar que hay millones de personas que sufren calamidades extremas de toda índole. Sin embargo, hay ciertas corrientes de pensamiento o incluso escuelas filosóficas que postulan que todo lo que sucede es por algo, que existe cierto determinismo en el devenir de los acontecimientos.

La idea de que hay un destino predeterminado del que los seres humanos no pueden escapar es un concepto que, si se lo toma al pie de la letra, puede resultar inmovilizador. ¿Para qué voy a hacer esto o aquello (léase: esforzarme), si mi destino ya está marcado de antemano por un designio misterioso que no comprendo? Prefiero creer que tenemos un amplio margen de maniobra para conducir nuestros pasos por la vida, y no, que somos simples elementos de un engranaje que nos arrastra indefectiblemente.

Cada día tenemos la oportunidad de tomar decenas de decisiones, de elegir entre lo blanco y lo negro (o los grises…), entre lo rápido o lo pausado, lo alto, lo bajo y un sinfín de encrucijadas que van marcando nuestro camino y dibujando nuestro destino personal. Recuerdo que mi padre a menudo nos decía, de modo admonitorio: cada uno es artífice de su propio destino. Esto es lo que se conoce como “libre albedrío”. Pero aunque yo prefiera creer que tenemos ese margen de maniobra, ¿es realmente el albedrío tan libre como para permitirnos ser dueños absolutos de nuestros destinos?
Desde el momento en que nacemos, ya estamos marcados por unas circunstancias determinadas que pueden resultar en apariencia favorables o desfavorables. Sin embargo, existen innumerables casos de personas que, nadando contra la corriente, han llegado victoriosos a la meta y también, por el contrario, aquellos que nacieron con viento a favor pero no izaron sus velas para aprovecharlo.

Es por ello por lo que estoy convencida de que, en cada uno de nosotros, existe algo que se llama voluntad y que es la llave para calibrar nuestro destino.

 

3 thoughts on “Todo lo que sucede, ¿conviene?

  1. Completamente de acuerdo: tenemos una gran parte de responsabilidad en lo que nos ocurre y en el diseño de nuestro destino. Por supuesto, hay circunstancias azarosas, pero hay mucho más del producto de nuestras acciones que de ninguna otra circunstancia.
    Saludos!

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