Este cuadro se llama ¿Qué haremos sin ellos?, y lo ha pintado el jerezano Juan Lucena durante esta pandemia universal que nos ha obligado a todos a modificar nuestro ritmo de vida y, de rebote, a plantearnos qué es importante para nosotros, nuestros principios de vida, nuestros valores morales, nuestras prioridades a la hora de actuar en la vida cotidiana.
¿Quién no se ha estremecido alguna vez con la música de alguna obra nacida en un momento de tristeza o de conflicto del compositor? Asimismo, son muchos los poemas que plasman el dolor del poeta conmoviendo a quien lo lee y obligándole a viajar por los mismos laberintos emocionales que él. Pero ese tesoro materializado en palabras o en sonidos no solo nos atrapa, sino que alumbra nuevos horizontes.
Los verdaderos artistas conectan con un mundo superior, en el que todo adquiere otro significado y se convierte en elemento pedagógico, no solo para quien lo crea, sino también para quien lo comparte. De alguna manera, nos conmueve y participamos de su pesar, pero también de esa emoción sublimada que nos llega traducida de su mano.
También la pintura es capaz de transformar el dolor en belleza, con esa escalera invisible que nos facilita el artista, gracias a la cual podemos sentir y transformar nuestras emociones acompañándole en su propio ascenso hacia otros mundos más elevados.
Muchos seres se han ido en estas pocas semanas, algunos sin tiempo para saber qué sucedía, la mayoría sin el bálsamo de la compañía de un ser amado o el consuelo de una voz amiga. Solos, con sus convicciones y sus dudas, nos han abandonado en contra de su voluntad para dejarnos con preguntas que necesitan respuesta. No preguntas sobre si se hizo mejor o peor esto o aquello, sino preguntas básicas que adquieren relevancia en circunstancias como esta: ¿por qué estoy aquí?, ¿qué es lo que he venido a hacer?, ¿cuáles son las cosas importantes?, ¿estaré aquí cuando amanezca mañana?
Viejas preguntas que no son producto de nuestro presente, sino eternas cuestiones innatas en el ser humano, aunque nos empeñemos en cerrar nuestros ojos, nuestros oídos o nuestra conciencia para no sentir la incomodidad de no tener una respuesta satisfactoria. Sin embargo, las respuestas existen. No hay una respuesta absoluta, pero sí la respuesta suficiente para poder avanzar el siguiente paso.
Marchan los ancianos en la pintura camino de un túnel de luz. El buitre observa en un lateral, porque sabe que es la despedida de este mundo en el que han vivido unos cuantos años. Caminan lentamente, pero sabiendo hacia dónde tienen que ir: mientras, a un lado, un sanitario apenas esbozado, representando a todos sus compañeros, acepta abatido el desfile inevitable. Una de las abuelas, sin dejar de caminar, gira la cabeza para despedirse con la mirada del grupo de niños que quieren acercarse, pero no pueden traspasar la barrera invisible con la que sus manos tropiezan. Ellos recogerán el testigo en la marcha por la vida. La mujer parece decir: «No quería irme sin decirte adiós, pero tengo que dejarte, debo hacer algunas cosas en el otro lado, donde ya no necesitaré el andador; nos encontraremos dentro de algún tiempo».
No hay estridencias, ni lágrimas, ni gritos. Solo una emoción contenida, penetrante, silenciosa, que nos golpea y nos repite: «no olvidemos, aprendamos».
Como artistas de la vida que queremos ser, sentimos lo mismo: no olvidemos la experiencia, intentemos aprender lo que la vida quiere mostrarnos.
Consejos tenemos muchos: ahí está todavía Sócrates, hablando sin parar desde hace más de dos mil años, y tantos filósofos que en el mundo han sido.
Hay una máxima filosófica muy antigua que dice el dolor es vehículo de conciencia. Es un buen momento para plantearnos qué es lo importante desde este lado del muro transparente.
Hermosa reflexion !
Ojala este tiempo y la enseñanza de la tierra nos sirva para ser mejores personas
Sin dejar de reconocer las cualidades artísticas del pintor de esa obra, quiero comunicarles que en mi caso particular, esa obra me genera mucha tristeza, mucho dolor. Mi madre falleció el año pasado. Desearía que la sustituyeran por otra que generara más optimismo y más fuerza para seguir adelante.