Nepal, dolor y esperanza

IMAGEN: Equipos de Nepal, Turquía y China trabajan en el rescate de víctimas. NAVESH CHITRAKAR REUTERS

http://www.elmundo.es/internacional/2015/04/28/553e6fbeca4741f46e8b4571.html

Una vez más, la tierra ha temblado. Una vez más, el shock de la tragedia. Niños asustados o heridos, adultos deshechos y noqueados, templos que se alzaron con esplendor, derrumbados y aniquilados.

Ante la magnitud del desastre, tomamos conciencia de lo pequeños que somos frente a la Madre Naturaleza. Si ella rechina, nosotros nos tambaleamos. No cabe el orgullo, ni la vanidad, ni el “porque yo lo valgo” de todos los días. Caemos si ella se inquieta.

Después… silencio, lágrimas, estupor y miedo. Mucho desamparo.

Pero entonces, entre las luces y sombras de la condición humana, aparece lo mejor: solidaridad, empatía, nobleza.

Paralelamente a las ayudas oficiales, gentes venidas de todas partes intentan llegar al horror y aportar su grano de arena para mitigar la desgracia. Aunque sea poco. Aunque parezca que no logran nada.

Se olvidan las banderas y todos se unen para arrimar el hombro. Nada importa. Solo ayudar.

Y allí se alza, en medio de la devastación, el VOLUNTARIO: el que deja todo por los demás. El que se olvida de su vida cómoda (pues no fue a él a quien le tocó la china en esta ocasión).

Y se sumerge de cabeza en el caos y el dolor para ayudar. Médico, bombero o ciudadano de a pie con cualquier ocupación, acude a la llamada para ayudar.

Lo mejor de la naturaleza humana hace entonces acto de presencia: esfuerzo, altruismo, generosidad, valentía.

Son voluntarios. No importa su nacionalidad porque llegan de todas partes. No importa su color, porque de todos hay representantes. No importa la raza, ni la edad, ni el credo.

Porque son voluntarios. Todos juntos, hombro con hombro. Lo mejor de la familia humana.

Y aunque los grandes desastres los colocan en la primera fila, también se mueven incansables trabajando calladamente cuando nadie se fija en ellos.

Con ellos, el mundo será mejor. Todavía hay esperanza.

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