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http://www.filosofiaparalavida.pe/articulos/conocete-y-descubre-tu-destino/#more-988
Había una vez, en algún lugar que podría ser cualquier lugar y en un tiempo que podría ser cualquier tiempo, un hermoso jardín, con manzanos, naranjos, perales y bellísimos rosales, todos ellos felices y satisfechos.
Todo era alegría en el jardín, excepto por un árbol profundamente triste. El pobre tenía un problema: “No sabía quién era”.
“Lo que te falta es concentración –le decía el manzano–. Si realmente lo intentas, podrás tener sabrosas manzanas. ¿Ves qué fácil es?”.
“No le escuches –exigía el rosal–. Es más sencillo tener rosas. ¡Mira qué bellas son…!”.