En cada persona que admiramos por sus virtudes y hechos luminosos hay un ser interior que reflexiona sobre lo vivido para comprender.
(M.ª Dolores F.-Fígares)
La nobleza del ser humano procede de la virtud, no del nacimiento. «Valgo más que tú porque mi padre fue cónsul y además soy tribuno, y tú no eres nada».
Vanas palabras, amigo. Si fuésemos dos caballos y me dijeses: «Mi padre fue el más ligero de los caballos de su tiempo y yo tengo alfalfa y avena en abundancia y, además, soberbios arneses», te contestaría: «Lo creo, pero corramos juntos».
(Epicteto)
No has de decir que fulano vivió mucho porque tiene canas o arrugas; no vivió mucho, sino que duró mucho. ¿Pensarás acaso que ha navegado mucho aquel a quien una brava tempestad le asaltó ya a la salida del mismo puerto y le llevó asendereado de aquí para allá, y el antojo de los contrarios vientos enfurecidos le hizo girar en un mismo remolino? No, no es que haya navegado mucho, sino que se ha mareado mucho.
(Séneca)