
Aquel que domina la cólera naciente, como quien sujeta un carro que se precipita, ese tal es un verdadero auriga; los demás no hacen otra cosa que tener las riendas en la mano.
(Dhammapada)
La nobleza del ser humano procede de la virtud, no del nacimiento. «Valgo más que tú porque mi padre fue cónsul y además soy tribuno, y tú no eres nada».
Vanas palabras, amigo. Si fuésemos dos caballos y me dijeses: «Mi padre fue el más ligero de los caballos de su tiempo y yo tengo alfalfa y avena en abundancia y, además, soberbios arneses», te contestaría: «Lo creo, pero corramos juntos».
(Epicteto)
No has de decir que fulano vivió mucho porque tiene canas o arrugas; no vivió mucho, sino que duró mucho. ¿Pensarás acaso que ha navegado mucho aquel a quien una brava tempestad le asaltó ya a la salida del mismo puerto y le llevó asendereado de aquí para allá, y el antojo de los contrarios vientos enfurecidos le hizo girar en un mismo remolino? No, no es que haya navegado mucho, sino que se ha mareado mucho.
(Séneca)