Man in the mirror

He dudado si incluir dentro de la sección de canciones de contenido filosófico ésta de Michael Jackson. Realmente, atendiendo a letra de la misma, no podemos negar su contenido ético, aunque podríamos argumentar que es sólo una apariencia. Pero primero recordaremos algunos detalles de esta canción.

La canción es del año 1988, incluida en el álbum “Bad”, la exitosa reaparición de Michael Jackson cinco años después del éxito de “Thriller”, que representó la consagración tanto del cantante como de los videoclips en la historia de la música. Del álbum “Bad” recordamos éxitos como la canción con ese mismo título, “The way you make me feel”, “I just can’t stop loving you” y “Smooth criminal”.

“Man in the mirror” también fue número 1, de las canciones más aclamadas por la crítica y según comenta su autora, Siedah Garret, “una de las favoritas de Michael debido al mensaje que transmitía a la sociedad”.

¿Cuál es ese mensaje? Veamos la letra:

Man in the mirror
I’m gonna make a change, for once in my life
It’s gonna feel real good, gonna make a difference
Gonna make it right . . .As i, turn up the collar on my favourite winter coat
This wind is blowin’ my mind
I see the kids in the street, with not enough to eat
Who am I, to be blind?
Pretending not to see their needs
A summer’s disregard, a broken bottle top
And a one man’s soul
They follow each other on the wind ya’ know
‘Cause they got nowhere to go that’s why I want you to know
I’m starting with the man in the mirror
I’m asking him to change his ways
And no message could have been any clearer
If you wanna make the world a better placeTake a look at yourself, and then make a change
I’ve been a victim of a selfish kind of love
It’s time that I realize that there are some with no
Home, not a nickel to loan could it be really me,
Pretending that they’re not alone?
A willow deeply scarred, somebody’s broken heart
And a washed-out dream
They follow the pattern of the wind, ya’ see
Cause they got no place to be
That’s why I’m starting with meI’m starting with the man in the mirror,
I’m asking him to change his ways
No message could have been any clearer
If you wanna make the world a better place
take a look at yourself and then make the change

Continue reading

Pensar el futuro

PENSAR EL FUTURO

 

Vivimos tan sometidos por las urgencias que nos impone el presente que apenas si nos queda tiempo para sobrevolar por encima de las circunstancias y mirar más allá, tratando de avistar qué nos depara el tiempo que aún no ha transcurrido. Con una especie de infantil insensatez, preferimos ignorar que inexorablemente se van a ir produciendo cambios y que el espejismo de nuestra seguridad transitoria podría desvanecerse.

Si hacemos caso a los avances que nos proporcionan quienes se dedican a otear el horizonte, buscando las señales de advertencia que emite el futuro, mucho más cercano de lo que podamos suponer, tenemos que deducir que haríamos bien en prepararnos un poco, pues las perspectivas no parecen halagüeñas en ningún sentido. Una simple mirada a las noticias que nos depara la actualidad nos permite advertir la dirección que van tomando los acontecimientos y reconocer que, como ya se venía anunciando desde hace decenios, cada vez con más claridad se detectan los signos de medievalización de nuestras sociedades, por calificar de alguna manera los cambios que se están produciendo cada vez con mayor rapidez, con mayor claridad.

La filosofía viene en nuestra ayuda, a la hora de enfocar de manera equilibrada nuestra postura ante ese futuro que se nos presenta incierto e inestable, pues, a través de la Historia, se han experimentado fórmulas eficaces para atravesar con éxito los tiempos turbulentos y nos ofrece los medios para adoptar esas actitudes que nos van a permitir salir adelante, sabiendo encontrar las causas de los fenómenos que se producen a nuestro alrededor. Estamos hablando de una filosofía para la vida, no un ejercicio intelectual teorético, con el que tan a menudo se confunde al eterno amor a la sabiduría que encierra su significado.

Continue reading

Las matemáticas y el mercado laboral español

LAS MATEMATICAS

Las matemáticas confirman el caos del mercado laboral español

Hiperión es un satélite con forma de patata que orbita alrededor de Saturno. Visto así, es posible que usted crea que su historia laboral no tiene nada en común con Hiperión. Pero se equivoca. Porque una de las características de este Hiperión es que la rotación sobre su propio eje es caótica. Y eso es lo que precisamente ha encontrado la profesora Elena Olmedo Fernández en el mercado laboral español: caos.

Este descubrimiento se ha publicado en la importante revista “Chaos, Solitons & Fractals”. El trabajo se pudo realizar gracias a los datos sobre el desempleo facilitados por el INEM a lo largo de 36 años, entre 1965 y 2001. Con esos datos se ha calculado el denominado “máximo exponente de Lyapunov”. Los exponentes de Liapunov, como ahora se les conoce, son un conjunto de números que se emplean para detectar la presencia del caos en los sistemas dinámicos. Y lo que han revelado es lo que cualquier parado sabe: que el mercado laboral español es caótico.

Un sistema dinámico es caótico cuando es muy difícil predecir su comportamiento, su evolución en el tiempo. En palabras de la propia Elena Olmedo, un sistema es caótico cuando su comportamiento es “altamente complejo e impredecible a largo plazo”. Esto no significa que sea imposible de predecir. “Porque –continúa la profesora Olmedo– a corto plazo, se puede predecir, aunque para ello hay que utilizar modelos no lineales que capten la complejidad del comportamiento observado”. Traducido: no cuente con que su empleo le dure tanto como su hipoteca.

Chismografía

chismografia

¿Pensábamos que lo de chismorrear era una enfermedad propia de nuestro tiempo? ¿Que era un invento de las teles? (Bueno, hay que reconocer que fomentan mucho este asunto, para qué nos vamos a engañar). Pero ya Francisco Rodríguez Marín, a caballo entre el siglo XIX y el XX, escribió este soneto al que tituló

CHISMOGRAFÍA

Dícenme que decís, ex reina mía,

que os dicen que yo he dicho aquel secreto.

Continue reading

¿Somos capaces de reconocer lo bello?

APRECIAR LO BELLO

¿Somos capaces de percibir lo bello? ¿Somos capaces de reconocer el talento? ¿Nos pararíamos a disfrutarlo? Estas son algunas de las preguntas recogidas en una especie de experimento acerca de percepciones y prioridades hecho por el periódico de Washington Post. El experimento no es reciente, data del año 2007, pero la cuestión es actual. A primera vista, las preguntas parecen inocentes, casi infantiles; al fin y al cabo, todos creemos que somos capaces de reconocer lo bello; pero ¿los somos?

Para contestar a estas preguntas, el Washington Post preparó un concierto de violín en la céntrica estación de L’Enfant Plaza, en la capital de Estado Unidos, Washington. Se trataba de averiguar cuántas personas perciben la música; cuántas reconocen esa música como bella; cuántas se pararán para escucharla y cuántas darán un donativo.

Sería interesante, antes de continuar leyendo, que cada lector se hiciera la pregunta: ¿qué ocurrirá? Veamos lo que el director de orquesta Leonard Slatkin contestó a esa misma pregunta: “Creo que quizás 35 ó 40 reconocerán la calidad. Unos 75 ó 100 se pararán para escuchar la música unos minutos. Y entre todos donarán unos 150 dólares”.

Veamos qué ocurrió.Estación de L’Enfant Plaza, 7:51 de la mañana de un frío 12 de enero de la ciudad de Washington. Un joven llamado Bell, vestido con pantalones vaqueros, una camiseta de manga larga y una gorra entra en la estación, desenfunda su violín y comienza a tocar.

Continue reading

Apreciar lo que tenemos

APRECIAR

 

A veces, dedicamos tanto tiempo a echar la cuenta de lo que no tenemos y de lo mal que se nos ponen las cosas en el quehacer de todos los días (mi trabajo peligra, la crisis me amenaza, Pepito –o Pepita– no me quiere), que se nos olvida apreciar todo lo bueno que cae en nuestro camino, y la existencia se convierte en un campo de batalla donde a veces nos peleamos con el enemigo equivocado, mientras el tiempo avanza inexorablemente en el reloj de arena que la vida dejó en nuestra mesilla de noche cuando llegamos.

Como filósofos, sabemos que la vida está ofreciéndonos continuas lecciones, a veces con situaciones que juzgamos positivas, a veces con aparentes injusticias que el destino nos envía sin que en nuestra opinión nos hayamos merecido tal prueba.

Puede ser que solo sea cuestión de poner un poco de atención, porque parece que no es mal de nuestro tiempo, sino que acompaña a la naturaleza humana desde siempre. Ya Cervantes (que paseó por Castilla allá por el siglo XVI nada menos) lo caló en esta letrilla: Continue reading

¿Te gusta el carnaval?

CARNAVALFebrero nos ha traído una ola de frío, y en algunas ciudades, también nos trae el carnaval. Y eso fue lo que me recordó Juan, un conocido mío, cuando hace unos días me preguntó:

–¿Qué, te gustan las chirigotas de este año?

–Pues, la verdad es que no escucho muchas chirigotas.

–Bueno –continuó animado–, ¿de qué te vas a disfrazar este año?

–De nada; más bien intentaré, como otros años, huir de la ciudad durante el carnaval.

Continue reading

Eres tú

Creo que en otra ocasión he comentado que algunas canciones de amor podrían perfectamente entenderse dentro de un contexto más espiritual. No es de extrañar, pues dentro de la tradición platónica, se distingue entre el amor terrenal entre cuerpos (eros pandemos) y el amor celeste entre almas (eros pteros). De esta forma, habrá canciones que cantan a un tipo de amor o a otro.

La canción que traigo hoy tiene como autor de la letra y de la música a Juan Carlos Calderón, uno de los compositores más afamados de numerosos cantantes de música melódica y pop española y sudamericana.

Esta canción la compuso para el grupo Mocedades en su participación del festival de Eurovisión de 1973. La canción quedó en segundo lugar, pese a su extraordinaria interpretación, y de hecho llegó a las listas de éxitos internacionales y se han hecho más de 70 versiones; sin embargo, de la canción luxemburguesa ganadora nadie se acuerda.

Va primero la letra:

Continue reading