Hasta hace muy poco tiempo, todo esto de la meditación, el prestar atención a nuestro mundo interior, era un cuento que muy pocas personas y ninguna institución oficial se tomaban en serio. Hoy días las cosas han cambiado bastante, y tanto la medicina como la química, la psicología e incluso la física, comienzan a tomarse muy en serio el poder de la mente. Y no me estoy refiriendo a los llamados poderes parapsicológicos, sino a capacidades más cercanas y prácticas, como la creatividad, la capacidad de concentración, atención, memoria, a las posibilidades de controlar el estrés, las emociones y pensamientos.
Hoy día, todas estas cosas ya no son un cuento. Ahora sabemos, la ciencia lo está demostrando, que es la mente, las ideas, las emociones, la que conforma y forma nuestro mundo interior y exterior. Sabemos que cuando nuestra mente da significado a algo, ese algo lo vivimos como real, sea ese algo un fantasma, un dolor, un amor, el miedo, etc., sin ser conscientes de que solo es una interpretación, una especie de teatro montado dentro de nosotros mismos con un único espectador: nuestro “YO”.
Todos estos descubrimientos son realmente fascinantes. Nos acercamos a un enfoque parecido al de la filosofía clásica, la cual ha sostenido, desde tiempos remotos, que nosotros, las personas, no somos lo que comemos, como dicen algunos libros de cocina: somos, en mayor medida, lo que pensamos, sentimos y hacemos. Y es ese orden el que debemos intentar respetar: pensar, sentir y, por último, actuar.
Una cosa importante que tenemos que tener en cuenta todas las personas interesadas en este tema es que la meditación no es una forma, no es un método diseñado para huir de los problemas. Para eso están las drogas. Las drogas sí sirven para huir de los problemas, pero solo momentáneamente, porque cuando pasan sus efectos, los problemas siguen ahí, y normalmente, empeorados. Empeorados porque hemos perdido tiempo y energía que pudimos haber utilizado para resolverlos. Y la meditación es justo lo contrario, es un método que sirve para encontrar dentro de nosotros mismos la fuerza, la creatividad, la inteligencia necesarias para superar los problemas: no para huir de ellos.
Una de las instituciones que está ahora utilizando la meditación para conseguir beneficios a nivel físico, emocional y mental son las prisiones de Estados Unidos. En el centro correccional de Alabama se ha llevado a cabo una interesante experiencia de la cual dejo aquí un enlace para que la podáis ver.