En el Día Mundial por la Paz, pensamientos…
- Los tratados basados en intereses socioeconómicos, si no tienen un respaldo de verdadera formación y cultura humanista de las sociedades en la fraternidad y unidad esencial de la humanidad, no funcionan; simplemente, posponen los conflictos, mientras crece el resentimiento y el odio. La paz no se impone, sino que nace de la calidad humana, alejada de los fundamentalismos. los egoísmos y los miedos.
- Sin un desarrollo económico sostenible básico que erradique la pobreza del mundo, los pueblos que luchan por su supervivencia y no alcanzan un marco digno en el que desarrollarse en dignidad, no van a entender más razones que las de su propia desesperación. Y ese compromiso ha de ser asumido por los dirigentes políticos de forma real y auténtica. No podemos pretender diálogo por la paz con pueblos desesperados solo porque su desesperación pone en peligro nuestro bienestar.
- Para que haya paz es preciso restaurar la credibilidad en el hombre, en los líderes religiosos y políticos, en las sociedades, en los individuos. Por eso la paz no ha de nacer primero de los pactos entre los hombres, sino de un pacto íntimo y personal que se exprese en rectitud, generosidad, sabiduría y amor.