Reflexión, diálogo y entendimiento

Melinda

octubre 6, 2017

  1. «Es bueno defender las propias ideas y los propios derechos, siempre que sean razonables, éticos y verdaderos». Lo razonable, será asociado con ciertas convenciones. Lo ético, con determinados códigos jurídicos y morales. Pero, lo verdadero ya es difícil de contextualizar (y delimitar, es la labor primordial del filosofo o filosofa). ¿Por qué? Pongo el siguiente ejemplo, ¿qué es más cierto: que en una oración, siempre se predica sobre un sustantivo; o que todo objeto lanzado en la tierra, tenderá a caer siempre hacia el centro de la tierra? Ninguna afirmación es más cierta que la otra: ambas operan en sus distintos campos, y así, ninguna afirmación o negación positiva es más cierta que otra, sino que resulta más aplicable y abarcadora que otras afirmaciones o negaciones.
    Otra cosa. Me hablas de tolerancia contra los que son distinto, y yo te interrogo, ¿y quién no es distinto el uno del otro? Aunque puedan establecerse semejantes antropológicas y geográficas de cada raza, eso no implica que el Homo sea un conjunto homogéneo; es evidente que todo conjunto social resulta heterogéneo. Así, han habido distintas formas de politica inherentes a cada Estado. Por ello, establecemos que, en la conquista española sobre Latinoamerica, resulta imposible decir que «lo más adecuado» resulta ser tolerante contra lo que es distinto a uno; si precisamente, la Historia demuestra como el hombre ha triunfado sobre otros, precisamente dominando sobre ellos e imponiendose. Algunos, adoptando ciertos códigos propios del territorio dominado; y otros, destruyendolos de tajo.
    Otra cosa: sobre eso de grullas y ser o no-ser. Voy a arguir, por qué semejante juicio me parece, ya de por sí, incomprensible. Decimos que el ser existe y que el no-ser no existe. Eso es obvio. Sin embargo, Platón, en el Sofista, ya propuso antes que Sartre, que, en cierta medida, el ser no existe y el no-ser, sí existe. ¿Por qué? Muy fácil. Tu rostro está compuesto de ojos, nariz, boca, orejas, etc. Tanto tu rostro como sus componentes, son «seres». Sin embargo, no son el mismo ser el uno que el otro, aunque sean designados bajo un mismo ser: la palabra «cara». Del mismo modo, las sombras de la Caverna de Platón, son reales en la medida en que son sombras; es decir, aunque no sean lo que realmente son (los objetos de los cuales surge la sombra), sino más bien una representación incompleta de lo mismo, eso no impide que sean algo, aunque sea una mentira.
    Nosotros, optamos por el materialismo antes que por el idealismo. Preferimos la verdad, antes que a los amigos. Nosotros, somos los filósofos materialistas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *