Leía hoy un artículo de José Antonio Marina, un prestigioso filósofo español, profesor, escritor y sobre todo, alguien que aprecia la vida.
Las respuestas a las preguntas que le planteaban eran dignas de reflexión todas ellas. Sin embargo, la que más me ha llamado la atención ha sido una referida a la inteligencia.
Sobre este tema, el filósofo ha respondido que no es, como se piensa, una herramienta para alcanzar contenidos innumerables, sino para aprender a vivir y ser coherentes con toda la capacidad humana que llevamos dentro. Es una guía por la que manejamos la realidad existente para saber vivir.
Estas no son sus palabras exactas, pero sí la idea que me han transmitido. Decía que el hombre no es bueno por naturaleza, ni malo, y que su camino está en aprender a ser inteligente y bueno; ese es el logro que debe conseguir.
Entresaqué también de sus palabras la respuesta a una idea que ha rondado en varias ocasiones por este blog: ¿por qué la gente no es feliz?
Su propuesta es que tenemos más que nunca, pero deseamos más que nunca, por lo que la diferencia entre lo esperado y la realidad es enorme y nos convierte en insatisfechos. Ello es debido a que ya no deseamos lo que realmente necesitamos. Lo necesario estaría en el campo de lo limitado: comida, abrigo, afecto… y ser.