Inspiración y conexión

Me encuentro ahora de viaje, fuera de mi lugar habitual de residencia. Y aunque en Internet no existen los lugares físicos y mucho menos las fronteras, ciertamente seguimos con nuestras costumbres del mundo no-virtual. Lejos de nuestro cotidiano punto de acceso, de nuestro ordenador, de nuestra rutina diaria, afrontamos un mundo incierto en el que nos faltan las costumbres que nos hacen sentirnos cómodos.

Cuando me marché de viaje, dije a mis compañeros de blog: «seguid vosotros escribiendo, pero si tengo inspiración para escribir y conexión a Internet, ya colgaré mi propio blog».

Y ahora, al pensar en ello, me di cuenta, como aprendiz de filósofo, que en la vida muchas cosas dependen de la inspiración y de la conexión…, y si me apuráis casi todo es exclusivamente conexión.

En cierto modo la inspiración, en el sentido clásico, es también una forma de conexión: es conectar el mundo de las ideas con el mundo de la plasmación. Es contactar con las musas del arte para poder plasmar una obra. Inspiración es también tener algo que contar, algo que compartir. Pero, de nuevo, tenemos algo que contar cuando estamos llenos, cuando nuestra vida emocional, mental y sobre todo espiritual nos aporta lo suficiente como para poder dar a los demás. ¿Cuándo ocurre esto? Cuando logramos conectar con la fuente de inspiración de emociones, de ideas o de vivencias espirituales.

Al final todo se resume en poder tener conexión. Algo que es evidente en el mundo de Internet, pero que nos olvidamos que es también muy necesario en el mundo cotidiano, en nuestro diario quehacer. Un ordenador sin conexión a Internet es perfectamente concebible, pero incompleto. Porque permanecería completamente aislado del resto de ordenadores, y aunque así evitaría contagiarse con un virus, tampoco tendría actualizaciones. De cierta forma, nosotros, sin esa conexión que antes he mencionado en los tres mundos, emocional, mental y espiritual, estaríamos incompletos. Y aunque así evitaríamos los virus emocionales y mentales si viviéramos aislados del mundo, tampoco lograríamos nuestra actualización espiritual, para así mejorar nuestro sistema operativo.

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Confrontación

Sé que me meto en un buen lío escribiendo un blog de filosofía acerca de una palabra que está en la actualidad política. Un sector político acusa al otro de fomentar la confrontación entre los españoles y los otros acusan de mantener un clima prebélico, refiriéndose a la Guerra Civil (o confrontación armada) del siglo pasado. Fuera de España la situación no es distinta, y el mundo está lleno de confrontaciones, bien sea por los distintos terrorismos o por los que intentan protegernos de ellos. Así, los líderes políticos son recibidos constantemente con un enorme clima de confrontación donde quiera que lo visiten, y peor es si realizan una reunión de un grupo de dirigentes, ya sea de la OTAN, del Banco Mundial o de cualquier unión de países, porque, aunque debería ser plausible que los dirigentes mundiales se reúnan para lograr una política común, siempre hay gente disconforme y que aprovecha para confrontarse con todo y contra todo.

¿Pero de dónde viene la palabra confrontación? Usaré referencias serias, porque para la Wikipedia confrontación es un disco de música y para el Google es un blog. No, por favor, dejémonos de tonterías porque así lo único que logramos es conseguir la ignorancia, que era para Platón la definición de maldad. Confrontar tiene básicamente dos significados para el Diccionario. Por una parte, cotejar una cosa con otra, y por otra, carear una persona con otra.

Para mí, desde el punto de vista filosófico y utilizando los métodos socráticos, ambas acepciones son similares. Filosóficamente la confrontación nos debe ayudar a sopesar una opinión con otra, un aspecto con otro diverso o contrario, con el objeto de lograr mejorar nuestro conocimiento. En el caso de las personas se trata de un careo, en el que se «pone a una o varias personas en presencia de otra u otras, con objeto de apurar la verdad de dichos o hechos». En el caso de las cosas o de las ideas, es exactamente lo mismo, y a lo que Sócrates llamaba mayéutica.

¡Qué lejos estamos de un mundo gobernado por filósofos, en el que la confrontación se utilizara para avanzar en el descubrimiento de la verdad! Ahora, la confrontación se utiliza para el enfrentamiento, en la acepción, no de poner frente a frente, sino de «hacer frente al enemigo».

Confrontemos nuestras ideas, pero unámonos para conseguir alcanzar lo mejor para todos

Deslocalización

Nos estamos acostumbrando a esta rara palabreja. Se trata de trasladar un centro de trabajo de una zona a otra, generalmente de un país a otro y últimamente de un extremo a otro del planeta. Ahora es más común porque gracias a la liberalización de aranceles y de fronteras económicas, el mundo se ha hecho más global. Y digo esto sin sorna, porque es insólito que además de las fronteras naturales los hombres establezcamos entre nosotros fronteras políticas y económicas. Me diréis que de alguna manera hay que regular la avalancha de movimientos masivos de gente de una zona desfavorecida a otra más rica. Pero en este argumento se asientan las ideas de conveniencia y de falta de confianza: falta de confianza porque no queremos que el esfuerzo traducido en riqueza que hemos generado para nuestra zona (ciudad, región, país, continente) sea aprovechada por otros que no contribuyeron a ello; conveniencia porque se permite que los gobernantes corruptos de países supuestamente pobres vivan de la explotación de la miseria de sus habitantes. En fin, una difícil cuestión.

Hace muchos años los españoles tenían que emigrar a Francia o Alemania para conseguir trabajo, pero a finales de los 80 y en los 90 se crearon suficientes trabajos para que empezara a llegar gente de fuera para cubrir las necesidades. Desde finales de los 90 y en este nuevo siglo dejaron de crearse nuevas industrias, y poco a poco muchas de las que había han ido trasladándose a los países del este. Lo curioso es que Hungría o Polonia han visto cómo algunas empresas se trasladaban a China y estos a su vez temen que se vayan a Filipinas o Vietnam. ¿Qué será lo siguiente? Porque parece que tanto Sudamérica como África no salen de su pobreza, subdesarrollo y letargo. Lo siguiente nos parece ciencia ficción. Los medio-esclavizados orientales serán sustituidos por robots (¿sabíais que robot es una palabra checa que significa esclavitud?) y quizá ya no hagan falta tantos trabajadores. Hasta que los robots «se harten» y exijan sus derechos. No sé bien cómo encajará esto en el actual sistema capitalista, que necesita que todos tengamos un trabajo para fabricar cosas que no nos hacen falta y así podamos obtener un dinero que utilizaremos para comprar lo que no necesitamos. Si tanta gente en España deja de trabajar en la industria o en el campo, y aunque aún seamos más ricos que nuestros vecinos del Sur, ¿de qué vamos a vivir a largo plazo? No sé, no lo entiendo.

Ayer se anunció que otra fábrica se cierra en España, además en una de las zonas con más paro de España. Más de 4000 familias que dejarán de recibir su sueldo mensual. Un día triste para la provincia de Cádiz, que no merece estos empresarios ni estos políticos.

The sounds of silence

Esta canción nació de la inspiración de Paul Simon, que formó con Art Garfunkel uno de los más famosos dúos de los años 70 y 80. La canción pasó desapercibida en su primera edición, a principios de 1964, pero luego llegó a alcanzar el número 1 de las listas norteamericanas en 1966.

Según cuenta Paul, le vino la inspiración a raíz el asesinato de John F. Kennedy a finales de 1963, tras el trauma que dejó en la sociedad de su época, y refleja la falta de comunicación.

Por cierto, el título original en plural (sounds) fue cambiado en el álbum por su versión en sigular; ambas formas aparecen en la letra que reproducimos más abajo.

La letra me resulta muy sugerente, porque nos enfrenta con la búsqueda de ese sonido interior, alejado del ruido exterior, de la gente que habla pero no conversa, oye pero no escucha. Y así, el silencio interior se impone, llenándolo todo de paz.

Garfunkel una vez resumió el significado de la canción como «la incapacidad de las personas para comunicarse entre sí, no particularmente a nivel internacional, pero emocionalmente, por lo que lo que ves a tu alrededor son personas incapaces de amarse entre sí».

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Proyectos

Ya estamos llegando al final de nuestro primer año en este blog y creo que el balance ha sido mejor de lo inicialmente esperado, a pesar de algunos momentos críticos. Después de algunas conversaciones con los que habitualmente escriben en él, he estado perfilando novedades para el próximo año, y tengo la satisfacción de poder anunciar nuevas incorporaciones a este blog.

Cambios para el próximo año:

quijote, después del éxito de esas fotos con mensaje filosófico, y dado que nuestro amigo de Boulesis se ha quejado de haberle copiado el nombre (no lo sabíamos…) llevará una sección de vídeos con mensaje filosófico, haciendo la competencia a youtube.

cyrano, harto de filosofar contracorriente, va a empezar a escribir sobre corrientes filosóficas.

pequeño árbol nos hablará sobre filosofía de la naturaleza o “filosofía natural”.

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Nomadi

Vivimos en un mundo de nómadas, de personas desplazadas, de inmigrantes que luchan por salir adelante en otros países. Si es que acaso no somos todos nómadas, todos estamos de paso en este planeta…

Parece que en la Navidad todos nos acordamos de nuestros orígenes, de nuestras raíces, pero en este mundo de nómadas, ¿aún tenemos raíces? ¿Celebramos todos la Navidad? ¿O simplemente nos dedicamos a consumir la Navidad…? ¿Tiene algo que ver con alguna idea religiosa específica en este universo multicultural en el que se han convertido todas las grandes ciudades?

Una vieja canción del maestro siciliano Franco Battiato nos habla de los nómadas, para meditar con su lectura, profunda, como todas las de este cantautor italiano que nos enseñó a buscar un «centro de gravedad permanente» dentro de este mundo que gira y gira, sin saber a dónde va.

Nomadi

Nomadi che cercano gli angoli della tranquillità
nelle nebbie del nord e nei tumulti delle civiltà
tra i chiari scuri e la monotonia
dei giorni che passano.

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The wind beneath my wings

La canción del blog de hoy fue compuesta en 1982 por Larry Henley and Jeff Silbar, pero no saltó a la fama hasta que Bette Midler la cantó en una película que también ella protagonizaba. La película se llamó en España «Eternamente amigas», título que nada tiene que ver con el original, «Beaches», pero que en esta ocasión creo que es más acertado. En la película, una amiga muere tras una enfermedad, después de que la otra se diera cuenta de que siempre fue su valiosísima e imperceptible ayuda en la sombra. Quizá por esto sea la canción más tocada en los funerales en Inglaterra, para los más curiosos, por delante de «My Heart Will Go On» de Titanic.

Es una hermosísima canción, que evoca la verdadera amistad, una amistad que no consiste, como puede parecer en una primera lectura de la letra, en un sacrificio para dejar al otro que vuele solo, sino que se trata de ir a su lado, «un paso por detrás», pero acompañándole en su camino hacia arriba.

The wind beneath my wings

It must have been cold there in my shadow,
to never have sunlight on your face.
You were content to let me shine, that’s your way,
you always walked a step behind.

So I was the one with all the glory,
while you were the one with all the strength.
A beautiful face without a name — for so long,
a beautiful smile to hide the pain.

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Ranking filosófico

Hace tiempo que no escribía acerca de otras páginas web sobre filosofía. En una ocasión mencioné varios blog filosóficos, y ahora os propongo otro más del que particularmente me gusta lo que su autor expresa. Se trata del blog Filosofando, que es parte de un proyecto más ambicioso, pero que como tantos sueños, una cosa es lo que queremos hacer y otra la que al final realizamos. Es una pena, porque su autor, Gabriel Arnáiz, a quien no tengo el gusto de conocer, me parece que la labor que realiza por acercar la filosofía a la práctica, por medio de talleres y cafés filosóficos es algo encomiable.

Pero hoy toca hablar de las páginas de temática filosófica más populares en lengua española. Para medir la popularidad utilizaré Alexa; que yo sepa es el medio más reconocido de medición/estimación de visitas (si alguien conoce alguno mejor, ruego que me lo diga).

En primer lugar está www.filosofia.org que se ha convertido con el tiempo en una verdadera enciclopedia filosófica. Nacida bajo el amparo o promoción del filósofo Gustavo Bueno «pretende potenciar el desarrollo, la difusión y el conocimiento de la filosofía construida y pensada en la lengua española». Esto le ha llevado hasta el puesto 43,162 de sitios web, que no está nada mal si recordamos que hace pocos días llegamos a los cien millones de sitios web.

En el segundo puesto filosófico, y 86,879 en el ranking global, tenemos a Cibernous, que pretende «ofrecer a los profesores, estudiantes y amantes de la filosofía de habla hispana una sistemática y ordenada historia del pensamiento».

Y en el tercero, y 140,356 del total, se encuentra esta propia web, la web en donde se ubica nuestro blog. Que este proyecto, sin subvenciones económicas ni pretensiones comerciales se encuentre en ese destacado lugar nos hace sentirnos enormemente orgullosos, pues ha sido una labor de mucho tiempo y no poco esfuerzo. Ciertamente no es solo la filosofía lo que interesa a Nueva Acrópolis, sino todo aquello que atañe al hombre en tanto Hombre, y de lo que la filosofía es el núcleo común o central. Pero son los contenidos de tipo filosófico los que más abundan en sus páginas. Espero que os gusten.

Gaueko ele ixilen balada

Recuerdo que hace muchos años me sorprendió escuchar en la radio un programa dedicado al cantautor Benito Lertxundi. Aunque ya conocía algunas de sus canciones (por entonces me gustaba otro cantautor, Urko, de quien aprendí unas pocas palabras en euskera con aquel disco en directo «Hemen gaude»), me sorprendió escuchar la traducción de las letras y compararlas con las de las canciones «pop» que se escuchaban normalmente por la radio.

Situémonos en los años 80 y recordemos qué escuchábamos (en España es sencillo sintonizando las emisoras M-80 o Kiss-FM). Y ahora imaginaos mi cara al escuchar canciones como esta:

Gaueko ele ixilen balada

Gauaren lumez idazten doazen
ele ixilak nator kantatzen
jainko guztien atetan daitzen
asekaitz noa bizitzan barnatzen.

Fruitu ukakorrak ditut usantzen
amets aragikoietan ixurtzen
grinen zirrarek naute edertzen
gauaz maitaleen suan naiz erretzen.

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Los muros

Los filósofos, y más aún los aprendices de filósofos, no nos consideramos en posesión de la verdad, sino buscadores de la misma. Y digo esto porque hoy quiero hablar de un asunto de gran actualidad, sobre todo en el país en el que me encuentro esta semana (EE.UU.), y sobre el que no tengo una opinión formada.

Se trata del muro del que EE.UU. acaba de aprobar su construcción para impermeabilizar la frontera con Méjico (que me perdonen los puristas, pero suelo escribir EE.UU. en lugar de USA y Méjico en lugar de México).

A los europeos la palabra muro, como en los test psicológicos de Galton de asociación de palabras, nos trae a la mente la palabra vergüenza. Y así, desde España, nos parece que levantar un muro para aislar EE.UU. de la inmigración centro y sudamericana es una vergüenza.

Es una vergüenza que los hombres no solo impongamos fronteras artificiales en un planeta esférico que no tiene «bordes», sino que además reforcemos las fronteras con muros.

Es una vergüenza que no hayamos aprendido nada tras la Segunda Guerra Mundial y la división europea que culminó 16 años después en el Muro de Berlín. Y que ahora Israel quiera también construir un muro en Gaza.

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