“El que sabe escuchar música sabe escuchar todas las voces”
Esta mañana, volviendo de sacar a Turca, me encontré en la puerta con mi vecino, el profesor de violín. Nos paramos un rato, y después de hablar un poco de todo, le saqué el tema de la música, que siempre me interesa, y del que no es fácil encontrar alguien con quien hablar.
Me habló de la orquesta de Granada, en la que estuvo, y de la viola, su instrumento. Me comentaba que en la orquesta, la viola era de los instrumentos un poco postergados, o ignorados por la gente en general, porque no lleva la voz cantante, ni estremece con la fuerza del bajo, ni es tan brillante como el piano o cualquier otro instrumento solista. Forma parte de la armonía que sostiene la voz que habla, de los tonos que dan los matices al tema que se expone. Le comenté que, estando yo en una coral, notaba que ocurría algo parecido con la voz de las contraltos, que en realidad equivale en la orquesta a las violas.
Y es cierto, pensé: cuando se escucha cantar a una coral, es difícil escuchar a las contraltos.
Cuando nos despedíamos, me dijo: «Bueno, el que escucha música sabe escuchar todas las voces».
Subí a casa y esa noche le di más vueltas al asunto.